domingo, 21 de octubre de 2007


La caja de gusanos se me atravesó en la imaginación. Dicen que los que vivimos en ellas somos moradores confusos de la realidad. No quiero sonreír porque sí sonrió me voy a partir en dos.
Lo único que queda es mirarnos a través de los rayos de algún astro.
Por lo que ayer intenté matarlo de una vez, pensé, sólo son sentimientos que desprenden de mi imaginación. Yo los género, nadie me los incierta. La ilusión sólo es mensajera que pasa muy cercana, a la ruta de mi cerebro.
Despedasar su esencia sobre la locura y ahí quedarme sentada hasta que desapareciera. Pero, la duda me detuvo, siempre me detiene, no quiero ser otra moradora de las circunstancias, no quiero pensar en las ilusiones, no, no puedo... lo único que intento es buscar certidumbre en la emoción de color purpuro, la lata de cerveza que rompe y me asusta.

¿Cómo le hacemos para partir en dos a la incertidumbre?

Es difícil mirar un futuro desde la perspectiva que ahora tengo del presente. No tengo claro las circunstancias de la vida, no hay nada que me pueda hacer generar, necesito encontrar un motor que mueva mi existencia.

El hastió, si digamos que es hastió.

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