jueves, 8 de enero de 2009

Este cuento lo escribir cuando cree este blog de aquí viene su nombre

¿Te acuerdas cuando nos conocimos? ¿Te acuerdas cuando las miradas se volvieron azufre y los labios de tierra? ¿Cuándo las palabras emanaron oxigeno y el aire se volvió de metal? Lo recuerdas o lo has olvidado, somos de una esencia parecida al carbón, somos de piedra y al mismo tiempo somos como las frutas, ácidas y extrañas en mundo que se volvió nuestras memorias. —Dijo ella.

Éramos la familiaridad de nuestro mundo —dijo el individuo —Recuerdo muchas cosas, o situaciones, pero no tengo clara la idea de cuando nos conocimos, sé que alguna forma todos estamos conectados por una fuerza magnética que rompe los cartones y las paredes de la convivencia social.El primer encuentro fue casual, no tenia relevancia, solo había voces y falta de imaginación en sus palabras, sonoras, absurdas y fuera de lugar, pero aún así ella lo miraba, veía como su ojos se había ausentado en una plática, una platica que no tenia nada ver con ellos, pero a ella le intrigaba los pensamiento del desconocido individuo que devora una panecillo en la mesa contraria.

El por su parte sentía la mirada y la fragancia de ella, cercana a su cerebro, quería acercarse de una forma circular, sin que ella se molestaras o temiera de él. La ansiedad comenzó correr en sus venas como un fluido ajeno y corrosivo que le exploto en la mirada.Ella sonrió como si hubiera sentido el mareo y el asco de el en sus entrañas, sintió la suavidad de una fragancia que se vertió en el manantial de ideas, la muerte de las flores la conmovían hasta el punto de devorar a aquel aroma que se desprendía de la realidad, ese fluido se introducía en su laberinto, en su nariz hasta que tocaba con fuerza las neuronas, eso lo hacia crear imágenes, que carecían de sonido pero no de texturas

De esas texturas emanaban los recuerdos, frases, palabras, monotonía, dispersión, había algo en su mirada que lo hacia querer soñar el aire. El ritmo era acelerado, en su cara no había fuerza, no había movimiento, no había sentido, pero aún sus venas estaban tan verdes y congestionadas de sangre que le daba vida sus articulaciones, pero su aliento estaba crudo, estaba lejos ella y hacia querer experimentar en movimientos.

Él soñaba con abrí un gran agujero en la sala del universo, ser el la materia, el dolor del nacimiento, ser el creador de las voces que tenia encerradas en el cráneo, esas voces eran parte de su esencia que se cristalizaba en dos, una esencia virtual.Él gritaba con ellos, amaba con ello y de ellos generaba patrones de miradas, todas distintas entre si, todas confusas, todas con diferentes en creación.

Así esperaba con el silencio que se lleva dentro de una cajita de uranio, tenia azufre en las venas, tenia tantas sustancias que no eran parte de su sistema, él estaba roto como se rompen las ideas, él no existía porque había olvidado a que huelen las flores Ella mataría por devorar las líneas de tu mano, por atacar a vagabundo que se encuentra encerrado en el de él sótano Que sientes, pensó él Dolor, sintió ella Ambos se levantaron de sus sillas y salieron del restauran como atraídos por una fuerza ajena ellos…

El señor de las alusiones se sentó en la sala de mi casa, pensó ella, siempre fue un individuo lleno de aire, un individuo lleno de fuego, tenía las arterias perturbadas y la sangre sucia por tantas bacterias que se alimentaban de su perturbación.El aprendió a escribir lo que sus oídos eran incapaces de comprender, la situación que le había provocado un ruido en la mente, sintió él que ella era el ruido que necesitaba para generar vida, para dejar de ser azufre, para dejar de matar pero…

Nunca volveré a verte, nunca más sabrás de mí, nunca más serás parte de mí, será lo que fue, es triste saber que eres parte de una ilusión, le dijo ella y se marchó.

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