miércoles, 16 de enero de 2008

EL HOMBRE

Puedo imaginar que se me ha dificultado escribir un poco, tal vez porque estoy trabada o o como lo diría alguien no me siento capaz de transmitir algo que no sea nostalgia o aridez.
También tengo una historia de vida en la imanación y en la paredes de mi piel, en la sangre de mis dedos, en la sutura de mis ojos -la quiero escribir- pero me da miedo que me vaya a salir mal, nunca me había sentido el compromiso con mis personajes, sentía que ellos Debian morir si yo lo decidía, vivir con una sola mano. Sin embargo estos viven por si mismos lo único que me toca a mi es ser la intermediaria entre el mundo literario y el real, entre el mundo de tinta, y el mundo sin ser.
Necesito escribir con maldad, con un poco de oscuridad, con un deseo y sin razón, con emotividad, con pensamientos, con ideas que no mueran. Aunque ya no me pertenezcan. Necesito escribir para continuar viviendo, mi vida se ha detenido. Estoy congelada. Necesito que alguien me abra la puerta, para buscar esa atmósfera de magia que perdí. No quiero perder mi magia

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