miércoles, 28 de mayo de 2008

Un día construimos un mundo de insectos, te acuerdas que nos gustaba alimentarlos con nuestra propia sangre, así pensábamos que crecerían grandes aunque solo los acostumbramos al sabor de la sangre
Ellos volaban por el mar de estadías, por el lago de una letrina y por todos los rincones donde se construía la inmundicia, cada fluido bacteriano era para ellos una forma de encontrar el parecido sabor humano.
Los insectos estaba siempre en la palma de mi mano, calladamente devoraban mis tejidos, la tibieza de mis manos el aliento de mis poros, solo para respirar la vitalidad de mi cuerpo. El rincón de las bajas y superfluas pasiones
Estos insectos se les veían morado de articulaciones opacas, misteriosas como sacada del universo de a lado, sacadas de una pequeña cajita de helado. El día de su nacimiento estuvimos juntos recorriendo todo líquido que había juntado para ellos, aquel líquido blancuzco que se infiltraba en las fosas nasales causaba temor
Estos insectos estaban acostumbrado a caminar en al aire, a vivir rodeados de sol y a inhalar memorias

1 comentario:

BrendaMoon dijo...

Encontre una cucaracha hoy, waaaaa